Ahora soy otra

Ahora soy otra

Ahora soy otra_lluvia

Ahora soy otra. Vivo más el momento aunque mi mente se sigue dispersando. Me gustan las cosas más sencillas, más de cerca, más reales. No sé si soy más consciente, más seria, o más sensata. Depende del momento, pero sé que soy otra, porque la vida avanza y para ello hace falta dejar antiguas versiones atrás.

A pesar de eso, hay ratos en que la incertidumbre gana el discurso de mi mente y me deja en el aire agarrándome con uñas y dientes a esos momentos que ya fueron, y el recuerdo ha vuelto tan dulces. Ahí, la nostalgia que vive en ese recoveco perfecto entre la tristeza y la gratitud, encuentra el camino.

Es entonces cuando echo de menos la sensación de tomarme un café con avena después de salir a correr, con las piernas todavía hinchadas, con la satisfacción de haberlo hecho. Habíamos cruzado nuestra propia meta.

Echo de menos la ilusión que sentía al despertar cada mañana pensando qué iba a escribir ese día en este, mi blog, cuando sabía que nada podía gustarme más. No recuerdo un quehacer más pleno.

Echo de menos tender las sábanas en la terraza, al sol, escuchando los pájaros y la calma, sintiendo mi propio silencio.

Echo de menos ir a Andorra cada verano, las excursiones por la Vall d’Incles, el agua con limón y jengibre del Viena después de estar toda la mañana al sol, con la piel morena y el cuerpo deshidratado, y salir a pasear de nuevo tras una ducha en el hotel.

Ha sido este verano, y ya echo de menos las montañas de Cerler, la piscina, su croisantería y su mermeladería.

Lo admito, a veces echo de menos lo que ya ha sido, lo que ya me ha aportado paz, los momentos en los que no quería estar en ningún otro lugar.

Pero siempre hay un después. Y después pienso en lo que viene, lo que no tengo ni idea de cómo será y me muero por conocer, lo que ya está siendo. Y vuelvo al presente. Tan inesperado, deseado y capaz.

Ahora soy otra. Lo noto en mi piel, en mi cuerpo, en mis pensamientos. En mi modo de sentir, de razonar, de priorizar. Lo sé cuando veo mi reflejo, cuando te sientas a mi lado, cuando os tengo enfrente de mí. Sois mi espejo en este final que se junta con el principio. Porque no hay principios sin finales, pero esta es una transición natural. No cuestiona, no duda.

La intensidad aprieta, pero mientras echo de menos, también soy feliz, estoy en calma y respiro aliviada por haber llegado hasta aquí. No sabía ni si sería ni cuando, y es ahora, no hay momento mejor.

Ahora soy otra_camino

La vida avanzando sin parar, abriéndose paso, no entendiendo de miedos, nostalgias o incertezas.

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