He creído

He creído

He creído en la magia sin trucos.

He creído que era posible vivir de algo que todavía no se había inventado, por el simple hecho de desearlo. Que otro lo podía idear por mí, y si me apuras, venir a ofrecérmelo.

He creído que las oportunidades, como la magia, llegarían a esta silla de escritorio. A este despacho adornado con flores.

He creído que la ilusión movería cadenas, abriría candados y crearía oportunidades.

He creído que alguien daría valor a lo que yo misma no le daba. Que desde mi escasez podía tocar la abundancia.

He creído que podía entrar al mar sin mojarme. Que podía volar sin alas. Podía caer sin paracaídas.

He creído-Regalos en la puerta de una casa.

He creído que alguien abriría mi minúscula puerta con un presente con mi nombre.

Que el regalo vendría de fuera. Vendría de otro. Vendría de un lugar que no fuese yo misma.

He creído, y ya no creo, que lo que hacía era suficiente. Que no había errores tratándose de ilusiones, que no había grieta, diseñando desde el corazón.

Que todo se encajaría como una columna vertebral que se equilibra, se fortalece y se sostiene.

He creído, y ya no creo, que nada se encaje solo ni porque sí. Que un pequeño movimiento solo es eso, y no es suficiente.

Hay que ir más adentro, más profundo, más a la esencia. Hay que ir siempre un poco más allá, con un poco más de intención, con un poco más de curiosidad, con mucho más empuje.

He creído, y ya no creo, que la vida se escribe sola.

Necesita de puño y letra. Requiere de voluntad, de dirección y de enfoque.

He creído-Una libreta cerrada junto a una taza de café.

He creído, y sigo creyendo, que la vida requiere de cada uno. Del valor y la diferencia que habita en cada ser, y del sostén entre nosotros.

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