No hay mayor libertad que una mente sin barreras
No hay mayor libertad que una mente sin barreras. Que se abre, se expande y deja que las ideas surjan y se lleven a cabo, sin miedo o con él. Te he visto hacerlo y el resultado es inspiración, es la vida manifestándose, los sentidos desplegándose. He visto el arte ante mis ojos y su capacidad de expresar lo que no se ve, y las formas son infinitas.
Te he visto mientras el sabor a sangre en mi boca me recuerda las batallas que yo misma he librado. No han sido pocas. No han sido fáciles. Ha sido la vida queriendo que supere los muros que se alzan en mi mente, queriendo dejar atrás mis propias limitaciones y deseando que lo consiga. Quedan cientos de ellas, algunas conocidas, la mayoría todavía sin conocer. No me queda duda de que vendrán, están viniendo.
Las tendré ante mis ojos, y como el que se detiene encima de un trampolín mirando la piscina bajo sus pies hasta que decide tirarse, yo giraré mi cabeza hacia todos los ángulos hasta que ya no me quede más opción que mirar al frente y decidir ver esos nudos blancos que me mantienen ligada al pasado para hacer arte con ellos, como tú me enseñas a hacer.
Es maravilloso verte sin temor, como ese pájaro que salta del nido confiando en que sus alas le sostendrán. Lo que creas, lo que habitas y transformas. La vida no tiene límites ante tus ojos ni ante los míos cuando te tengo delante. Te atreves a ser grande y a hacer algo grande con la vida. Te atreves a ser ejemplo sin miedo al fracaso o al qué dirán.
No hay mayor libertad que una mente sin barreras, por eso espero que jamás te detenga el miedo. Que investigues, que aprendas, que seas y despliegues siempre tus alas.
Yo, como siempre, te miraré maravillada viendo lo que una sola persona es capaz de hacer, y preguntándome qué sería de nosotros si todos lo hiciéramos. ¿Cómo serían nuestras vidas si nos atreviéramos a ser libres?
Viéndote a ti, sé que todos somos capaces, yo misma lo soy. Por eso cierro los ojos, siento la intensidad de las emocines y hago camino con ellas. Desde ahí las manos se mueven, buscan, dibujan. Ponen alma a los movimientos y añaden vida a la vida.