
Ser quien es

Hay algo que vive dentro de ella y que ya está cansado. Cansado de no ser visto, cansado de no ser mirado. Por miedo a no poder asumirlo, a que la intensidad de la emoción se desborde, por miedo de ser quien es. Está picando a la puerta, lo puede percibir. Al principio podía distraerlo y hacer ver que no le escuchaba, pero cada vez lo hace más fuerte, cada vez más evidente, cada vez más insistente.
Hay algo que lucha por salir. Se llama ella misma. Tiene miedo de ser, del rechazo y de la malinterpretación. Tiene un miedo que en realidad es muy pequeñito, pero se ha disfrazado de dimensiones estratosféricas. Sus pensamientos le cubren. Se han elegido como en el colegio cuando hacían equipos y los capitanes elegían a los componentes del suyo.
Los pensamientos han escogido al miedo para formar el equipo ganador. Para hacer fuerza tras la puerta desde la que ella misma pica insistentemente. Al otro lado, han amontonado todo tipo de miedos, pensamientos y creencias que no la dejan salir de allí.
Cansada ha dejado de picar. Se sienta, aunque el aire amenaza tormenta. Ve como el cielo se va cerrando, como el agua de las nubes se va condensando. Hace frío. Se pone la capucha, abraza las piernas con sus brazos y reposa la cabeza sobre ellos. La cabeza cargada de pensamientos que siempre están en lucha. Que siempre quieren derribar al anterior para proclamarse ganadores.
Deja que su batalla mental descanse. Por un instante todo se calma y sale un potente rayo de sol que advierte de la inminente lluvia. Se oyen truenos de fondo, y de repente el sol es cubierto y el agua empieza a caer con toda su furia. Empieza a calar por los poros de su cuerpo, encuentra camino entre pensamientos aglutinados.

Bajo la oscuridad sigue sentada hasta que finalmente decide ponerse en pie. Da un paso y otro tras él. No sabe hacia dónde va, pero algo le guía hasta un lugar todavía más cerrado, todavía más oscuro. Da otro paso y otro más. Ha dejado de hacer fuerza opuesta al miedo desde el otro lado de la puerta porque ya está dentro de él. Le mira fijamente. Sostiene su mirada amenazante por largo rato, pero finalmente, el miedo empieza a agachar la mirada y poco a poco se va desintegrando. Se funde bajo el agua de la tormenta que le arrastra y se lo lleva con ella. Hacia algún lugar, no sabe cuál, pero ve como un hilo de agua negra es llevado por la fuerza del agua.
Mientras lo observa la lluvia amansa. La puerta se ha abierto y no hay nada que haga fuerza tras ella. La mira como si fuese Jim Carrey en “El Show de Truman” al final de las escaleras, y como él, atraviesa el lugar donde creyó que unas paredes levantadas por ella misma eran sus propios límites. Y tras ella la vida. La vida que coge aire, que respira, que toma lo que es suyo. Como la especie animal cuando la humana se confina, la vida toma las calles, toma su cuerpo y toma el momento.
A ese lado no hay tiempos ni diferencias. No hay opuestos ni rivales. Hay respeto, hay unidad, hay personas buscando su propio silencio, su propia paz, su propio camino tras la tormenta. Y sale, como caracol después de la lluvia, marcada por un solo tempo, que es el de la propia naturaleza. El de ser ella misma, el de ser quien es.

2 thoughts on “Ser quien es”
Es cierto, tenemos miedo a mostrarnos, a no ser entendidos o mal interpretados, a ser nosotros mismos. Gracias por explicarlo con tanta belleza. ????
Repasaba el escrito, y he visto tu comentario sin responder. Eso no es posible! Gracias <3